Baja Gravedad (1)
Felice Natale a tutti!
Per festeggiare queste feste posto -in due parti- un racconto breve di Massimiliano, tradotto da me in castigliano in omaggio ai lettori spagnoli.
L'originale lo trovate su Parola Sprecate.
-¡Hola primo! ¿Que tal? Al fin viniste a verme por esta Navidad y yo -cabrón- que pensaba que los dos años-luz que nos separan te habrían desalentado...
-¡Hombre! El viaje ha sido un poco fatigante, no lo niego. Estas nuevas compañias baratas no ofrecen mucho confort a bordo. Sin embargo soy feliz de estar aquí contigo y ver como estas y como vives. Las tías me van a cubrir de preguntas cuando vuelva.
¿Pero dime, como se vive en este pequeño planeta artificial que has creado con tus socios? ¿No te aburres de estar en un lugar tan aislado?
-Efectivamente es pequeño, pero esta zona de la galaxia es tranquila y hay buen rollo en el planeta. Desgraciadamente no tenemos tiempo para aburrirnos: la comunidad esta sin un duro y tenemos que trabajar un montón.
-Pero, exactamente, que hacéis?
-Cultivamos cristales...
Mira: estamos en una colonia muy pequeña, es un disco de diez kilómetros de radio, como has visto cuando has aterrizado.
-Si, perecía que nos posábamos encima de una moneda perdida en el espacio...
-Claro, es la idea que tienen todos los que llegan aquí por primera vez, y no creo que vaya a cambiar con el tiempo.
Estaba diciendo... la masa de este disco que flota en el espacio sideral es muy pequeña. Hay que entender que, debido a lo denso que es el material que lo compone, su fuerza de gravedad solo puede ser extremadamente reducida. Casi insignificante...
-¡Coño! Es verdad! ¡No se me había ocurrido! Y dime: ¿porque nosotros dos estamos andando con lo pies en el suelo en vez de flotar como globos?
-Ondas gravitacionales. En la otra cara del disco hay unos generadores de ondas gravitacionales. Por eso podemos permitirnos unos diez metros de atmósfera encima de nuestra cabeza. Pero algunas zonas han sido dejadas voluntariamente sin gravedad, es allí donde hemos construido los invernaderos.
-Los invernaderos... los he visto cuando os estaba sobrevolando. ¿Es allí donde cultiváis los cristales?
-Exactamente. Los cristales crecen muy lentamente y la fuerza de gravedad representa un factor decisivo en su desarrollo. Aquí, suspendidos en los invernaderos, pueden crecer simétricamente en todas las direcciones.
Las aplicaciones de estos cristales son muchas y los pedidos están destinados a subir... es lo que esperamos.
Es que tenemos muchísimos gastos y ahora, todo lo que ves tienes que considerarlo como una inversión en el futuro.
Como te decía antes, estamos un poco cortos de dinero...
Bien, hemos llegado a un invernadero. Sígueme, te enseño el interior.
Antes de entrar, ponte estas botas gravitacionales, si no acabaras flotando como los cristales.
-¡Estupendo! ¡Espectacular!
En el invernadero flotaban, ligeros, miles de cristales de todas las formas y tamaños, con colores increíbles. Efectivamente todos los cristales tenían una fuerte simetría que se podía evaluar a simple vista.
La luz, entrando por los vidrios y golpeando los cristales, venia refractada en todas las direcciones, ofreciendo un espectáculo de una maravilla inimaginable.
-Que bonito es... Aunque los veo cada día, el asombro y la emoción que me suscitan nunca para.
Vente, te llevo a ver el otro invernadero. Tiene una exposición diferente a la luz y los colores que genera son mas suaves y relajantes.
No te quites los zapatos, vamos a estar solo un momento fuera de la zona sin gravedad: te parecerá que pesas el doble y que estas casi pegado al suelo.
Después de haber visitado los invernaderos, los dos primos se dirigen hacia otra estructura.
-Y ahora la zona de las maquinas. A través de este hoyo podemos ir a la otra parte del disco donde hay, juntos a los generadores de ondas gravitacionales, todos los otros aparatos que nos permiten vivir aquí... Pero espera... que pasa?
¡Oye! ¿Quien es usted? ¡Aléjese de allí, aquel es el generador de la energía!
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